Una perspectiva de género desde la educación abarca varios ámbitos, desde el diseño de libros de texto y programas no sexistas hasta desarrollo de políticas de igualdad de trato y oportunidades entre maestros y maestras.
Hace años, en los setenta, los libros de texto de primaria eran el ejemplo clásico de representaciones sexistas, aun hoy lo son. Las figuras femeninas aparecían realizando las tareas domésticas tradicionales y las masculinas todas las demás actividades.
La desigualdad tiene su correlato salarial: las mujeres ganan mucho menos que los hombres. La división existente entre los trabajos “femeninos o permite ” y los “masculinos” no permite defender el principio de “igual salario por igual trabajo”. En todo tipo de organizaciones, las mujeres están en una situación de inequidad, y rara vez se encuentran en las posiciones de alta gerencia y de dirección.
La perspectiva de género reconoce este contexto cultural y diseña acciones para garantizar la inserción de las mujeres en el mundo del trabajo y para promover su desarrollo profesional y político.
Un lugar privilegiado, tanto para la modificación de pautas sexistas como para su reforzamiento, es la educación.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario